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¿Cuándo y dónde practicar rafting? ¿Pueden los niños hacer rafting?

¿En qué momento del año es mejor practicar rafting? Pues depende mucho de la meteorología y de tus expectativas. Los guías y monitores de rafting suelen decir que la mejor época del año para practicar este deporte de aventura es a finales de primavera, entre mayo y junio.

A principios de primavera los ríos bajan más llenos debido al deshielo de las montañas y, por tanto, la corriente es más fuerte. En verano, en cambio, los ríos están más secos y las rocas sobresalen más, por lo que al hacer rafting resulta más difícil sortearlas. Sin embargo, si ya tienes experiencia, estás en forma y eres amante de las emociones fuertes, puede que prefieras practicar este deporte de aventura en abril, agosto o septiembre para que resulte más extremo.

¿Dónde puedes hacer rafting? El rafting puede practicarse en muchos rincones de nuestro país pero, evidentemente, las comarcas con ríos más caudalosos son las del norte, en el Pirineo. Se dice que el río Noguera Pallaresa, en la provincia catalana de Lleida, es el mejor río de aguas bravas de Europa para realizar rafting, kayak, hidrospeed o piragüismo.

¿Pueden los niños hacer rafting? Depende. De manera general, el rafting está indicado para niños a partir de 6 años y que sepan nadar. Sin embargo, si vas con niños, debes escoger un tramo de río más o menos tranquilo. El rafting es una actividad con múltiples niveles de dificultad. Los ríos se clasifican según su dificultad de 1 a 6 grados, y realizar un descenso con niños en un río de clase 4 o 5 puede resultar peligroso.

 

¿Qué es el rafting?

El rafting (que significa viajar en raft, balsa en inglés) es un deporte de aventura que consiste en descender por aguas bravas en una lancha neumática. Se realiza en grupo, puesto que cada embarcación tiene capacidad para 6 o 8 tripulantes, dependiendo del tamaño. Las barcas de rafting son tipo zodiac, muy seguras y resistentes a los golpes.

Se desciende con la ayuda de remos; todos los practicantes deben remar y tratar de ir sorteando las rocas del río para mantenerse a flote. Los tripulantes de una lancha de rafting van sentados en los bordes de la embarcación y disponen de sujeciones en los pies que les ayudan a mantener el equilibrio y no caer al agua cuando llegan a las zonas en las que la corriente tiene más fuerza.

Deben sentarse mirando hacia delante y ponerse el remo encima de las piernas cuando no se necesita dar impulso a la lancha. En cada barca de rafting van siempre uno o dos guías o monitores que acompañan al grupo y tienen conocimientos de primeros auxilios. Los monitores suelen situarse en la parte trasera de la lancha para poder pilotarla. Ellos son quienes marcan el rumbo de la barca con su pala y dan las instrucciones necesarias al resto para avanzar por el río.

El rafting no es un deporte demasiado arriesgado, aunque depende de la dificultad del río, de que el guía lo conozca bien y del caudal del agua. Resulta una actividad muy divertida para practicar con los amigos o la familia.